10 razones para apostar por la formación.
Formación en la empresa: una apuesta segura y barata.
Vivimos en un mundo que cambia cada vez más rápidamente. En el ámbito de la empresa, eso exige un esfuerzo de adaptación constante y continuado. Esta razón, por sí sola, debería bastar para hacernos apostar por la formación. Pero, si no estamos convencidos del todo, hay muchísimas más. Hemos intentado resumirlas en estas diez:
1. La formación hace que aumente la calidad de lo que hago. Al formarme, estoy ofreciendo un producto mejor a mis clientes. Me hace ser más competitivo.
2. Además, el conocimiento engendra más conocimiento: da ganas de conocer más, evita que me estanque.
3. Y estimula mis ganas de aplicar lo que sé. Un trabajador que se forma es un trabajador con más interés en el trabajo. La formación reduce el absentismo y el presentismo, optimiza el rendimiento de mi capital humano.
4. ¿Para qué iniciar un proceso de selección si, por un coste mucho menor, puedo formar a alguien de mi plantilla para que haga esa misma tarea? La posibilidad de promoción aumenta la motivación; la motivación, la integración en la cultura de la empresa; la integración en la empresa, las ganas de participar y de mejorar sus resultados.
5. Un trabajador formado necesita menos supervisión. Realiza su trabajo de forma más eficiente y segura.
6. Sí, hemos dicho segura. Así que también reduzco los costes asociados a bajas laborales.
7. La formación no sólo me hace ser más eficiente, sino también más flexible. Saber más me ayuda a ver más allá del presente, a ser más adaptable. ¿Por qué ver problemas donde en realidad hay oportunidades?
8. ¿Cuántas veces se nos ha colgado un ordenador y hemos tenido que oír que hay que esperar a que venga el informático? ¿Y cuántas hemos dejado de enviar un documento porque necesitamos que venga alguien y nos lo traduzca? La formación también nos ofrece soluciones fáciles para problemas rutinarios que no admiten demora.
9. Mis competidores ya se están formando. Hoy en día, en plena sociedad de la información, todo el mundo comprende que la formación no es un gasto, sino una inversión de futuro que va a aumentar mi rentabilidad.
10. De acuerdo, es una inversión. ¿Pero cuánto me costará? Digamos mejor cuánto me cuesta. Porque todas las empresas, sin excepción, cotizamos una cantidad mensual por gastos de formación. La única forma de recuperar ese dinero es invertir en formación y justificarlo ante la Fundación Tripartita, que nos lo descontará, de forma automática, en nuestras cotizaciones a la Seguridad Social.
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