Idiomas

Gamificación e idiomas. Aprender divierte… ¡y engancha!

¿Qué es la gamificación? ¿Sirve para aprender idiomas? ¿Qué me tomo para el síndrome de abstinencia?

En formación, gamificación significa aprender jugando. Algo que no es nuevo de ahora: Platón ya gamificaba. Don Pimpón también gamificaba. Y tirarse por un tobogán de los 80 era gamificar con fuego; a cambio, eso sí, de asimilar rápidamente conceptos complejos como tétanos, ulceración gangrenosa o luxación.

Todos gamificábamos pero ninguno lo sabíamos. Y siempre se ha gamificado. Porque no hay educador que no haya intuido de forma natural lo que hoy es un principio cuantificado: cuando interactuamos retenemos un 90 % de lo que se nos transmite, frente al 10 % de cuando leemos o el 30 % que alcanzamos con apoyo audiovisual.

Hoy en día, con la omnipresencia de la tecnología, no sólo le hemos puesto nombre al invento (ludificación, lo llaman los más puristas); además, lo hemos llevado hasta su máxima expresión.

Y es que jugamos más que nunca. En la práctica, todos llevamos una pequeña consola de videojuegos en el bolsillo. Y no sólo eso: con ella, además, podemos saber si llegamos más lejos que el vecino, restregárselo por la cara, chotearnos ante sus amistades y rematarle con emoticonos. Esta competencia, a la que nos permitiremos llamar sana, es lo que, junto con los sistemas de recompensas y el reconocimiento de la comunidad, intentar explotar los formadores -explotar para que aprendamos, se entiende- cuando introducen dinámicas del juego en la enseñanza online.

En el aprendizaje de idiomas es donde, probablemente, la gamificación ha alcanzado su máxima expresión en la red. A continuación, os presentamos tres de estas simpáticas herramientas que tanto y tan bien nos hacen la competencia:

 

Duolingo.

 

Duolingo_logo

 

Un búho que se llama Dúo nos hace preguntas y pone pruebas. Algunas son con grabaciones de audio, para que practiquemos la pronunciación. Tenemos vidas, niveles y puntuaciones, como en los marcianitos. La página funciona también como plataforma de crowsourcing: si quieres, traduces textos para empresas que pagan a Duolingo por ello; eso permite que la web sea gratuita, sin tener ni siquiera anuncios. Además, si tienes dificultades serias con algún texto puedes solicitar la ayuda de la comunidad; con lo cual, también, se fomenta la solidaridad y el trabajo en equipo.

Las cosas como son: Duolingo es muy intuitivo, divertido a rabiar y, si le echas horas (los expertos dicen que lo ideal es una al día) puede ser una muy buena forma de dar nuestros primeros pasos en un idioma o de refrescar conocimientos oxidados. Eso sí: sin sustituir, en ningún caso (lo dicen los expertos, no nosotros) a los cursos y manuales de verdad.

Resumiendo: Duolingo es el complemento perfecto para cuando estamos aprendiendo un idioma pero nos encontarmos en uno de esos ratos en los que no estamos estudiando. Lo malo es que es tan adictivo que, si esos ratos son de descanso, se nos van a pasar más que volando.

 

Memrise.

 

memrise

 

Citamos a la propia página de Memrise: “Diseñado por el mundialmente conocido entrenador de la memoria, Ed Cooke, y un equipo de científicos cognitivistas, Memrise utiliza técnicas de entrenamiento de la memoria cuya eficacia ha sido ampliamente probada por diversas investigaciones científicas”. Tarjetas menmotécnicas, recuerdos sensoriales; palabras (seeds/semillas) que pasan a nuestra memoria a corto plazo (greenhouse/invernadero), de ahí a la de largo plazo (garden/jardín) y de ahí a la vida real (harvest/cosecha)… En fin: nuestro equipo de científicos cognitivistas ha probado Memrise y concluye que, si te gusta Farmville y quieres aprender idiomas, su punto más fuerte es que, incluso con sesiones de corta duración y espaciadas en el tiempo, te ayudará a aumentar tu vocabulario hasta proporciones que te sorprenderán. El más débil, que te hará parecer de una secta rara. Pero si juegas a Farmville, seguro que ya estás acostumbrado.

 

Lingualia.

 

lingualia

 

En este caso nuestro profesor es un robot vintage, Lingu, que adapta automáticamente sus lecciones según el nivel que le vamos demostrando. Las lecciones incluyen actividades simuladas, como ir al mercado o al dentista, con las que podremos practicar nuestro vocabulario, memoria auditiva y pronunciación; y, por supuesto, también se nos puntuan los resultados (karma, lo llaman ellos) y se publican en Facebook, para que nos piquemos debidamente con las amistades.

Pero donde Lingualia alcanza su culmen gamificador es con sus desafíos interpersonales (Lingua Challenge). Aquí ya no nos conformamos con quién tiene más karma, no. Aquí ya es el cara a cara, el tú y yo solitos, el eso que me ha dicho no me lo dice usted en la calle. Aunque, si somos de natural pacífico o unos emos, Lingu nos ofrece otra posibilidad: enfrentarnos a contrincantes fantasmas, de esos que no espetan afirmaciones ruízes ni miran a los ojos de la gente.

 

¿Y tú, qué piensas de la gamificación? ¿Has probado con estas herramientas? ¿Qué te han parecido? ¿Conoces otras? ¿Hace una partidita al Lingu Challenge? ¡Son muchas preguntas, sí! ¡Pero nos interesa tu opinión!

 

Photo credit: dantada from morguefile.com

 

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