Empresa

¡A por el plan de empresa!

Una herramienta imprescindible para ti y para tus posibles inversores.

Ha llegado el momento. O vas a emprender, o vas a transformar tu negocio. No importa. Lo que cuenta es que vas a darte un paseo por las ligas mayores. Y que vas a necesitar liquidez, money, tatos. ¿Que no es ese el caso? Pues vale, enhorabuena, ya nos darás tu tarjeta. Pero igualmente va a hacerte falta un plan (un plan de empresa, claro); a lo mejor no para convencer a nadie de lo estupenda que es tu idea y de lo estupendo que quedaría en ella su dinero, pero sí para saber por dónde pisas, qué es lo que te espera, y lo que es más importante: cuando el cruel destino y sus trampas te encuentren, cuál va ser tu capacidad de reacción.

 

Porque un plan de empresa es una invitación a pensar. A pensar en cuál es nuestra propuesta, en qué la hace diferente del resto, y en cuáles son las estrategias que vamos a usar para rentabilizarla. A enchufarnos a ella con todas nuestros recursos físicos y mentales.

 

Hay quien dice que los planes de empresa son como los programas de los partidos políticos, que están para no cumplirlos. Puede ser. Con una salvedad: los programas de los partidos son contratos, y los planes de empresa, hipótesis. Un programa político está tan muerto como el código de Hammurabi; pero un plan de empresa nunca deja de hacerse: es la realidad la que acaba por darles forma.

 

Eso sí: han de ser sinceros. Porque lo peor (y más arriesgado para nuestra cartera) que podemos hacer es engañarnos a nosotros mismos. Y han de ser realistas. Porque lo segundo peor que podemos hacer (y segundo más arriesgado para nuestra cartera) es dormirnos en unos laureles que todavía nadie nos ha puesto. Y han de ser viables; porque si no ¿para qué nos hemos metido en este berenjenal (y hemos metido a nuestra cartera)?

 

No hay un modelo universal para los planes de empresa. Se pueden hacer de muchas formas y con muchas estructuras, pero, las ubiques donde las ubiques, estas son las cosas que nunca deben de faltar en ellos:

 

  1. Un resumen.

Algunos recomiendan que no pase de los 2 o 3 folios; pero si puedes hacerlo en uno, mejor que mejor. El resumen ejecutivo es como la contraportada de un libro: es lo primero que se lee, y muchas veces también lo último. Así que ya sabes: ilusión, datos, magia. ¡Pero cuidado con los excesos de entusiasmo! Que no parezca que estás vendiendo crecepelos. ¿Has hecho un buen trabajo, serio y concienzudo? Pues mécete en el flow y deja que se note.

 

  1. Índice.

 

Lamentamos darte una mala noticia: por muy de moda que esté la palabra #emprendimiento (así, con almohadilla), los planes de empresa no son el género literario más popular que existe, precisamente. Aunque pasen el Caribdis del resumen ejecutivo, muy poca gente (casi nadie, en realidad) se los lee enteros. Así que sigue poniéndolo fácil. ¿Quieres esto? Pues aquí lo tienes, en esta página. Aunque muchos autores de planes de empresa parezcan ponerlo en duda, se lleva practicando cientos de años con maravillosos resutados.

 

  1. Las personas que hay detrás.

Uno de los detalles en los que más atención ponen los inversores (y los bancos) es en las personas que hay detrás del futuro negocio. Seguro que habéis hecho un montón de cosas a lo largo de vuestras vidas, y que de esas cosas algunas, seguramente las mejores, os han convertido en Los Elegidos para este aquí y para este ahora. Pues contadlo. No solo vuestra experiencia y formación (que también); es importantísimo transmitir motivación, y aún más: pasión por lo que hacéis. ¡Y dejad también unas pinceladitas en el resumen!

 

  1. Análisis de la idea.

Aquí es donde desmenuzas cuál es el producto/servicio que vas a lanzar al mercado. ¿Qué lo distingue del resto? ¿Su precio? ¿Su calidad?  ¿Su originalidad? Vas a tener que dejarlo bien claro, y vas a tener que hacerlo con datos: estudios de la competencia, análisis de mercado, encuestas, informes… demuestra que te lo has currado y que sabes de lo que hablas. E insistimos: sinceridad. Una inversión sin riesgo no es emprendimiento, es una mera transfusión; para ganar hay que apostar, y todas las apuestas esconden un reverso tenebroso. ¡No lo maquilles!

 

¿Sabes lo que es un análisis DAFO? Es una herramienta sencilla pero muy eficaz (y a la que nadie todavía ha conseguido toserle) a la hora de analizar una estrategia empresarial. Consiste en desglosar (insistimos otra vez: sinceridad) tu idea de negocio en fortalezas y debilidades (análisis interno) y en amenazas y oportunidades (análisis externo). Puedes usar como guía este artículo.

 

  1. Plan de operaciones.

Cómo lo váis a hacer. Con qué tecnologías y con qué medios. Cuál es el marco legal en el que os movéis. Cómo váis a gestionar vuestras existencias.

 

Os lo recordamos: el plan de empresa no es solo para conseguir dinero; es, por encima de todo, un documento para vosotras/os; para que empecéis a pensar desde ya, y no en mitad de una noche en la que te despiertas sudando tras mil pesadillas con la palabra Quiebra. Cuanto más previsores y detallistas seáis, menos desprevenidas/os os cogerán después las contingencias.

 

  1.   Plan de márketing.

Hay muchas definiciones del concepto de marketing, pero la que más nos gusta (su simplicidad es su belleza) es esta de Michael Miller: “El márketing es la acción de presentar algo a alguien”. Todas esas cosas que convierten a tu producto en El Producto, ¿cómo las vas a contar? ¿Vas a empezar con una estrategia de branding (dar a conocer tu marca), o piensas que es su mismo uso (el boca-oreja) quien mejor puede hablar por ella? ¿Has contemplado una campaña de Google Adwords? ¿Batirte el cobre por el posicionamiento web (SEO)? ¿Todo a la vez? ¿Solo algunas cosas?

 

Si hemos llegado hasta aquí es porque tenemos algo que responde la necesidad de alguien: un target definido y segmentado. Pregúntate: ¿cuál es la mejor forma de comunicarme con ellos?

 

El marketing es la acción de presentar algo a alguien, sí. Gastando el menor dinero posible, añadiríamos nosotros. Es eso lo que convierte al marketing en un ejercicio de imaginación constante, creativo y apasionante. Aquí (en el plan de empresa) es donde empiezas a vender. Colócate en el lugar del comprador más exigente.

 

  1. Plan económico-financiero.

Toca sacar la calculadora. Costes fijos, costes variables, gastos, nóminas, impuestos… en pocas palabras: has de estimar lo que vas a gastar y lo que vas a ingresar, y además, y por lo que pase, en un escenario temporal de cinco años vista.

 

Aunque esta parte (como todas) tenga su aquel de futurología, es, posiblemente, la más imprescindible de todas. Con las cuentas claras, ya podemos crear todas las simulaciones que necesitemos. Hay que prepararse para cualquier contingencia, hacer gimnasia mental desde el principio.

 

Nuestro consejo es que seas modesta/o en tus previsiones; cuando tu negocio empiece a funcionar, siempre es mejor que las superes a que te quedes corto. Tu flujo de caja (ese dinero que te permite hacer frente a Todo) te lo agradecerá, y con él, el pan que tus hijos se llevan a la boca.

 

  1. Plan de recursos humanos.

Plan de contratación, nivel de capacitación, planes de formación, cultura empresarial, organigrama, funciones… Resumiendo: todo lo que tenga que ver con esas maravillosas herramientas que somos los bichos de dos patas.

 

¿Sois varios socios? Pues esta parte os la tenéis que grabar a fuego. Muchas empresas con grandes posibilidades se han ido a pique por no tener claro qué es lo que debe hacer cada uno de sus miembros. No nos cansamos de repetirlo: es mejor tomar las decisiones ahora, cuando las incertidumbres no son más que eso, que más adelante, en caliente y a ocho horas de nuestra clase de mindfulness.

 

  1. Anexos.

Muy importante. ¿En algún lugar de tu plan de empresa te ha dado la impresión de que estabas dando una chapa de mil narices? Pues cuando te pase eso, corta. Concisión, y todo lo farragoso -cuanto más farragoso mejor- aquí, a los anexos. Todo el mundo sabe qué hay en los anexos, así que quien entre ya sabe a lo que se expone.

 

Curso de Plan de Empresa.

 

 

Ahora ya sabes qué es un plan de empresa y por qué es tan importante. ¿Quieres conocer más? Con este curso online homologado por la Universidad Rey Juan Carlos aprenderás a diseñar el plan de empresa más completo, efectivo y práctico para tu negocio. Y lo mejor es que puedes hacerlo con tu crédito para formación a través de la Fundación Tripatita: una inversión fiable, que te ayudará a competir y que además se te devolverá al mes siguiente con el pago de tus seguros sociales.

 

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